martes, 26 de noviembre de 2013

MADRES... ¿NO HAY SINO UNA?

Emprender la aventura de ser mama es  un sueño que no siempre  resulta   como  se espera, y si bien  para cada  una  de las mujeres  es un experiencia  única e irrepetible, hay aspectos comunes en cada una  de ellas  que hace que  se pueda llegar  a conclusiones   que cobijan  algunas de las dudas, miedos, sueños y anhelos durante la entrañable labor, literalmente!!

Cuando  por fin  se  tiene la certeza de que   hay un embarazo en curso las emociones   interiores son  muchas, desde incertidumbre por el futuro hasta   el miedo de perder la figura  esbelta –si se tiene-  pasando por,  ¿cómo se lo dirá al directamente implicado?, y ¿cómo lo tomaran en el trabajo?. Los primeros meses transcurren sin que  la pancita  se evidencie  de a mucho, en lo físico los cambios van desde el  ensanchamiento de cadera, los senos grandes y  los pezones que se oscurecen, en lo fisiológico  pueden presentarse mareos,  cansancio, mas sueño que de costumbre, y alta sensibilidad a los diferentes aromas, en algunos casos vómitos  y  rebote con comidas que cotidianamente  serian  apetecibles para la  ahora  “madre en  proceso”. Estas características ya se conocen de sobra  y son el resultado del proceso de adaptación del cuerpo a su nuevo huésped, desconocido  hasta el momento, invisible, pero en crecimiento. Estos síntomas pueden ser comunes a las  embarazadas, sin embargo  como se dijo antes  cada  caso es único pues cada circunstancia de concepción y espera   es el marco donde  la humanidad desarrolla  sus más primitivas emociones. “Madre no hay sino una” dice el refranero popular pero  en  la diversidad  del mundo existen  modalidades de madres según el presupuesto y el origen, las biológicas –que serían en  principio  todas- las adoptivas ,que existen por amor , por  obligación , por trabajo, las por accidente- donde  si bien son biológicas pueden optar –en algunos países-   tener o no su embarazo, las  entaconadas, que requieren  salir rápido de su embarazo para continuar  con su carrera  que nada combina con su condición maternal, las  de vocación que parece que están en vía de extinción  y hacen falta en este mundo  que crece a la deriva, madres sustitutas , madres canguro, madres adolescentes… cada una aporta  el primer  grano de arena  que fundamenta el caldo de cultivo  de  la sociedad. Si por un momento el  trabajo de ser madre se basara  desde la  concepción misma  y su máximo valor tal vez  los embarazos  serían el trabajo más importante  -en sociedades desarrolladas lo son- donde se gestan los ciudadanos que  harán    parte del engranaje  del mundo y cada uno seria el fruto  de una decisión pensada, meditada y bien  tomada por el bien de la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario