Emprender la aventura de ser mama
es un sueño que no siempre resulta
como se espera, y si bien para cada
una de las mujeres es un experiencia única e irrepetible, hay aspectos comunes en
cada una de ellas que hace que
se pueda llegar a conclusiones que cobijan
algunas de las dudas, miedos, sueños y anhelos durante la entrañable
labor, literalmente!!
Cuando por fin
se tiene la certeza de que hay un embarazo en curso las emociones interiores son muchas, desde incertidumbre por el futuro
hasta el miedo de perder la figura esbelta –si se tiene- pasando por,
¿cómo se lo dirá al directamente implicado?, y ¿cómo lo tomaran en el
trabajo?. Los primeros meses transcurren sin que la pancita
se evidencie de a mucho, en lo físico
los cambios van desde el ensanchamiento
de cadera, los senos grandes y los
pezones que se oscurecen, en lo fisiológico
pueden presentarse mareos, cansancio,
mas sueño que de costumbre, y alta sensibilidad a los diferentes aromas, en
algunos casos vómitos y rebote con comidas que cotidianamente serian
apetecibles para la ahora “madre en
proceso”. Estas características ya se conocen de sobra y son el resultado del proceso de adaptación
del cuerpo a su nuevo huésped, desconocido
hasta el momento, invisible, pero en crecimiento. Estos síntomas pueden
ser comunes a las embarazadas, sin
embargo como se dijo antes cada
caso es único pues cada circunstancia de concepción y espera es el marco donde la humanidad desarrolla sus más primitivas emociones. “Madre no hay
sino una” dice el refranero popular pero
en la diversidad del mundo existen modalidades de madres según el presupuesto y
el origen, las biológicas –que serían en
principio todas- las adoptivas
,que existen por amor , por obligación ,
por trabajo, las por accidente- donde si
bien son biológicas pueden optar –en algunos países- tener o no su embarazo, las entaconadas, que requieren salir rápido de su embarazo para
continuar con su carrera que nada combina con su condición maternal,
las de vocación que parece que están en
vía de extinción y hacen falta en este
mundo que crece a la deriva, madres
sustitutas , madres canguro, madres adolescentes… cada una aporta el primer
grano de arena que fundamenta el
caldo de cultivo de la sociedad. Si por un momento el trabajo de ser madre se basara desde la
concepción misma y su máximo
valor tal vez los embarazos serían el trabajo más importante -en sociedades desarrolladas lo son- donde se
gestan los ciudadanos que harán parte del engranaje del mundo y cada uno seria el fruto de una decisión pensada, meditada y bien tomada por el bien de la humanidad.